lunes, 8 de junio de 2009

Dime que te pones, y te diré quien eres


En la construcción de la identidad como persona intervienen múltiples factores, siendo de los más importantes los arquetipos adquiridos a lo largo de nuestra vida. El término persona proviene del latín y significa máscara, por tanto, nuestra identidad está formada por las distintas máscaras que nos ponemos cuando nos relacionamos con los demás.
Aunque la persona inicie su andadura con una máscara, con el tiempo puede llegar a asumir el arquetipo representado por esta, llegando a convertirse en parte propia del individuo. Este arquetipo suele representar la imagen pública que todos queremos tener para satisfacer los roles que la sociedad nos exige, llegando a creer que realmente somos lo que pretendemos ser.
Por otro lado, en todas las culturas aparecen las asociaciones simbólicas de las características de los animales con ciertos rasgos de nuestra personalidad. Aparecen en la mitología clásica, en los cuentos de hadas, en los poderes de los superhéroes, en el cine de terror, etc.
Las personas que nos rodean, con su comportamiento hacía nosotros, pueden asumir roles similares a las relaciones animales en la naturaleza.
La obra presentada pertenece a una serie en la que se pretende hacer una reflexión subjetiva de las relaciones humanas mediante la representación de arquetipos animales. Arquetipos que determinan al mismo tiempo mi propio rol animal.
Como decía Carl Gustav Jung cada humano tiene un animal específico que lo representa.